Description
Colgante LLAMADOR de ANGELES, en plata, con CALADO y BOLA VERDE, colgante para mujeres embarazadas.
El llamador de ángeles, o ángel de la guarda, contiene en su interior un xilófono que genera un sonido relajante que el bebé puede escuchar a partir de la vigésima semana del embarazo.
La tradición dice que el ángel custodio oiga el sonido y se quede cerca de la madre y del bebé para protegerlo.
“Apoyo en cualquier situación de la vida. Fomento de la tranquilidad interna y relajación en los momentos problemáticos”
Llama ángeles que, con su tintineo, atraerá a tu ángel de la guarda, el cual te protegerá de todo mal.
Los ángeles están ahí para acompañarnos en nuestro camino y aconsejarnos si nos abrimos a ellos.
La naturaleza del ángel es concedernos aquello que le pedimos en nuestras sinceras oraciones.
Significado como talismán o amuleto: Apoyo en cualquier situación de la vida. Fomento de la tranquilidad interna y relajación en los momentos problemáticos. Nos ayuda a escuchar nuestra voz interna. Nos protege contra los malos espíritus.
Un llamador de ángeles es una esfera redonda que emite un sonido armonioso cuando es agitada. Una leyenda le otorga la facultad de proteger y favorecer el bienestar a quien lo posee. Los llamadores de ángeles producen un sonido armonioso y agradable, como el de unas campanillas, que según la tradición y leyenda, es un sonido que avisa a nuestro Ángel Guía, el Ángel de la Guarda, de quien siempre necesitamos su presencia. A los ángeles de la guarda les encanta este sonido, porque transmiten vibraciones metálicas y gráciles, pero si además de esto es utilizado por una persona, los ángeles reciben un mensaje que les informa de que están siendo llamados por alguien al que aman y deben proteger.
Cuenta la leyenda que hace miles de años unos duendes que compartían amistad con lo ángeles tuvieron que huir del bosque donde vivían, por ello los ángeles como símbolo de protección les regalaron unos cascabeles que únicamente ellos podían llevar colgados.
Los ángeles les explicaron a los duendes que siempre que se viesen desprotegidos agitasen la bola y ellos acudirían para protegerles.
